Martes 26 de abril de 2011
La buena poesía es un don del cielo. Gonzalo Rojas lo tenía. Pero se puede ser un gran poeta y no ser una buena persona. No era su caso, pero sí el de Neruda, no obstante haber sido canonizado en Chile y el mundo. Ya alguna vez puse las cosas en su lugar a ese respecto. Gonzalo Rojas derechamente opinaba que Neruda era una mala persona, como puede leerse en "El Mostrador" de hoy, donde se cita el libro "Todos Confesos", de Marcelo Mendoza, que contiene una notable entrevista a Rojas.
Éste afirma nunca haber adherido a un partido político, pero sin duda le hacía guiños a la izquierda. Muy humano: si eres poeta o escritor y no se los haces, no tienes destino, no te leen, no te comentan o, si lo hacen, será para hundirte..
Se dice que estuvo exiliado en 1973, pero no lo creo. Posiblemente se autoexilió, pero tuvo la mala idea de irse a Alemania Oriental, de modo que volvió pronto y ya en 1979 estaba de nuevo en Chile, prefiriendo "vivir los horrores de la dictadura". Porque en esos años ocurría una cosa muy curiosa: los escritores e intelectuales despotricaban contra el régimen militar, pero se venían a vivir acá, después de haber preferido Madrid, Roma o París durante el gobierno de izquierda que a ellos les gustaba. Claro, la vía chilena al socialismo había traído consigo el caos y la violencia. Había que hacer colas para todo, mientras que bajo la barbarie del régimen militar reinaba el orden y había de todo en las alacenas y los escaparates. Y a los escritores siempre les ha gustado tener tranquilidad y comer bien, de modo que se venían a "sufrir" acá.
Recuerdo que en 1979 hablé una vez por teléfono con Gonzalo Rojas, porque un escritor amigo mío había conseguido que le hiciera un prólogo a un libro que iba a editar en mi imprenta. Pero Rojas no tenía mucha disposición a alabarlo y me costó extraerle el prólogo. Sólo una gran pluma como la suya pudo salir del paso, dejando contento a mi amigo y, sin embargo, no elogiando su libro en absoluto.
En la cita publicada hoy en "El Mostrador", Rojas dice que Neruda era obsecuente y no disidente, como que se arregló para que bajo el gobierno autoritario de Carlos Ibáñez (1927) el hombre fuerte del régimen, su amigo Pablo Ramírez, lo mandara de cónsul a oriente. "Neruda era saca-cuentas y mala persona, rencoroso".
Dice que una vez le preguntaron cómo encontraba la poesía de Gonzalo Rojas y respondió: "Gonzalo no es malo, pero escribe poquito". Éste le mandó contestar: "Dile a Pablo que él es un genio, pero escribe demasiadito".
De Chile, Rojas dijo una vez que era "un país miedoso y mierdoso". Y viendo cómo casi todos acá se acomodan, transigen, disimulan y se dan vuelta la chaqueta, uno tiende a pensar que el poeta no dejaba de tener razón.
Publicado Por Hermógenes Perez de Arce
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