martes, 29 de marzo de 2011

Hasta la Prevaricación Tiene un Límite

Martes 8 de marzo de 2011
La prevaricación es un delito que consiste en dictar un fallo contra ley expresa. Si eso sucede en nuestros tribunales y el o los afectados son uniformados, tal delito queda impune.Pero todo tiene su límite y hay cosas tan insólitas que a veces hasta le dan vergüenza a la Corte Suprema, lo que no es fácil que suceda.
En un suelto de crónica de "El Mercurio" de hoy se informa brevemente: "Corte Suprema anula sentencia dictada en caso Rahue III". Rahue está en la zona de Valdivia, donde operaba, y se puede decir que gobernaba, el "comandante Pepe" líder guerrillero protegido de la Unidad Popular.
Entre septiembre y octubre de 1973 un grupo de 24 carabineros detuvo a 31 personas, obviamente no por haber estado cultivando pacíficamente la tierra o desarrollando actividades como farmacéuticos, pedagogos u odontólogos, sino por su compromiso con grupos que practicaban la violencia y tenían asolada a la zona.
Los detenidos fueron ejecutados.

Como los hechos estaban cubiertos por la amnistía de 1978 y, además, por la prescripción, en 1994 la Corte de Apelaciones de Valdivia, con el voto favorable de la ministra Emma Díaz Yévenes, sobreseyó a los carabineros.
Pero resulta que en 2005, once años después, la misma jueza fue designada como ministra con dedicación especial para investigar el mismo caso. Y pese a que ella lo había sobreseído, y a que en 2005 se añadía a la amnistía y la prescripción la causal de cosa juzgada, según la cual no se puede volver a someter a juicio por determinados hechos a personas que ya han sido juzgadas por ellos, la ministra Emma Díaz Yévenes, consciente de que en Chile, en las causas contra uniformados, ya no existía lo que se llama Estado de Derecho, es decir, no imperaban las leyes, no tuvo inconveniente en cambiar de opinión. Así, terminó condenando a los 24 carabineros a penas que van desde los cuatro años de privación de libertad hasta el presidio perpetuo.

Pero la causa llegó a la Corte Suprema y ésta ha resuelto ahora que lo obrado por doña Emma es un poco "too much", incluso para el Poder Judicial chileno. Pues ella no sólo estaba contradiciendo todo lo que había opinado en 1994 como sentenciadora; no sólo estaba atropellando la cosa juzgada, sino que estaba incurriendo en una falta adicional: fallar en una causa en la que ya había manifestado dictamen, lo que configuró a su respecto una implicancia, es decir, una inhabilidad para fallar sobre esa materia, de acuerdo con el artículo 195 número 8 del Código Orgánico de Tribunales.

Así es que ¡todo de nuevo! Lo que tomó desde 2005 hasta 2011 resolver, empieza otra vez desde fojas uno (no fojas cero, como dicen los chilenos, pues la foja cero no existe). Se nombrará un nuevo juez y en 2017 estaremos de nuevo discutiendo sobre el caso de Rahue III. Salvo que el nuevo juez designado aplique las leyes y sobresea definitivamente, pero nadie cree que en una causa contra uniformados se puedan aplicar las leyes.
¿Qué sucedió entre 1994 y 2005 que hizo virar en 180 grados a la ministra Díaz Yévenes? Pues los hechos no cambiaron, las leyes tampoco y las partes en el juicio eran las mismas. Entonces ¿por qué cambió la ministra? Porque hubo un cambio político: la izquierda "se tomó" el Poder Judicial y dejó de aplicar las leyes que le impiden vengarse de los uniformados. Pero todo, incluso el atropello de las leyes y la venganza, tiene su límite, y eso es lo que ha dejado establecido la Corte Suprema.
Ella nos ha querido decir que hasta para prevaricar hay que observar un mínimo de formalidad.

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